La Copa del Rey es una competición de contrastes. Es gris y solitaria durante gran parte de su trayectoria, pero se convierte en luminosa y festiva para los dos conjuntos que logran llegar a una final que siempre despierta la envidia de los que no pueden estar. Para alcanzar esa isla maravillosa hace falta navegar por mares tenebrosos y funestos. El Benidorm lo fue, Espanyol y Atlético despertaron más interés y el Mallorca parece que nos devuelve a las sensaciones iniciales. Guardiola sabe mucho y ya aviso que para vivir “la fiesta de la final” hay que trabajar y andarse con ojo con cualquier rival, aunque sea el mismísimo colista del campeonato liguero.
El Barça ha saltado al campo sin Messi ni Eto’o, apostando por Henry delante junto a Hleb, una vez más desaparecido -y ya van demasiados partidos fallidos del bielorruso-, y un activo y luchador Bojan. Un Mallorca eminentemente defensivo, atrás y a sufrir para soñar, como apuntó Manzano en la previa del duelo copero. Bojan ha protagonizado la primera aproximación del duelo: se marcha de dos, con ‘caño’ incluido, y perdona ante Lux, que rechaza con las piernas. Castro ha intentado firmar la réplica con un disparo lejano que no ha complicado a Pinto, una vez más, y seguramente hasta el final, titular en la Copa.
Henry allana el camino
El partido transcurría falto de ritmo y lleno de imprecisiones. Iniesta, con un disparo que ha pegado en el lateral de la red, y Sylvinho, con un trallazo desde fuera del área, rememorando el que ya hizo ante el Espanyol, han incrementado las constantes vitales del enfrentamiento. Faltaba remachar. Un Henry muy productivo para el equipo ha sido el encargado de abrir el camino del Barça hacia la final de Valencia. Centro preciso de Bojan desde la derecha y testarazo imparable del francés (1-0, 34′). El Mallorca no se ha movido un ápice de su objetivo inicial: salir vivo del Camp Nou. El Barça mandaba y sabía que su momento podía llegar en cualquier instante.
El conjunto bermellón ha salido más entonado en el segundo periodo. Nada del otro mundo: un poco más de intención, la línea de presión un poco más arriba y, eso sí, pocas llegadas claras. Calentaban Messi y Busquets, era la respuesta de Pep al leve acecho visitante. Con el argentino ya en el campo el partido ha dado un nuevo giro: el Mallorca a temblar y los culés, a por la sentencia. Es digno de estudio lo que pasa cuando Messi salta al terreno de juego. El nuevo ‘Dios’ del fútbol desmoraliza al rival con su sola presencia… y con su fútbol, evidentemente.
Márquez se viste de crack
El ’10’ azulgrana ha firmado un triplete. Esta vez no de goles pero sí de eslalons individuales al más puro estilo Getafe, una ‘semi’ copera de mal recuerdo. Lux ha aparecido en dos ocasiones y la defensa ha desbaratado la otra. Se olía el segundo. Márquez ha sido el encargado de materializarlo. Falta al borde del área, un poco escorada a la izquierda y el mexicano golpea un balón que dibuja una trayectoria perfecta hacia la escuadra del marco defendido por un superado Lux (2-0, 72′). Magnífico tiro del mexicano que se reivindica en una faceta muy disputada en ‘Can Barça’.
El 2-0 fija el límite entre lo bueno y lo insalvable. Para el Barça es un resultado más que positivo y para el Mallorca, con todos sus problemas, es mantener la llama encendida durante el próximo mes hasta la vuelta. Los azulgrana, sin embargo, querían más. Ha entrado Eto’o por Bojan buscando la sentencia definitiva. Una contra conducida por Iniesta y un tuya mía entre Eto’o y Messi en el balcón del área han sido los últimos envites de los locales en su intención de finiquitar la eliminatoria. Sólo un posible penalti de Márquez, no lo parece, ha perturbado la tranquilidad del Camp Nou. La final está a tocar. La Copa gris y solitaria pronto será luminosa y festiva.
hola puye buen comentario analisas muy bien los partidos mi mail es c_mata13@hotmail.com